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Aunque es una prueba muy utilizada en la actualidad, la histeroscopia es desconocida para muchas mujeres. Resulta muy eficaz para detectar y tratar numerosas alteraciones ginecológicas. Pero, además, aporta una gran cantidad de información para los estudios de fertilidad que llevamos a cabo en nuestras clínicas.
¿Qué es una histeroscopia?
La histeroscopia es una prueba que permite explorar el útero, así como diagnosticar y tratar diferentes problemas que afectan a dicho órgano. De esta manera, el ginecólogo puede examinar el interior del útero, el cuello y la salida de las trompas de Falopio.
La histeroscopia es un procedimiento relativamente sencillo, que se realiza de manera ambulatoria y que puede durar entre 15 y 60 minutos, en función del motivo por el que se prescribe.
¿Cómo se hace una histeroscopia?
Para realizar una histeroscopia, la mujer debe colocarse en la camilla en posición ginecológica. Tras ello, el médico colocará un espéculo para ensanchar la abertura de la vagina y limpiará la zona. Además, en algunos casos será necesario aplicar determinadas sustancias (líquidas o gaseosas) para ensanchar el útero y facilitar la observación.
A continuación, el ginecólogo introducirá una lente con una cámara (histeroscopio) desde la vagina hasta la cavidad uterina. Dicho histeroscopio se encuentra conectado a un monitor, para poder visualizar las imágenes que se obtienen del útero.
Por lo general, la histeroscopia se realiza de manera ambulatoria. Es decir, en una consulta médica, sin necesidad de acudir a un hospital.
Tipos de histeroscopia
Existen dos tipos de histeroscopia: la histeroscopia diagnóstica y la histeroscopia quirúrgica.
Histeroscopia diagnóstica
La histeroscopia diagnóstica se utiliza para visualizar el útero y su interior. Por ello, sirve para detectar una gran cantidad de patologías y proponer el tratamiento más adecuado contra ellas.
Es el tipo de histeroscopia más sencillo y, por ello, la que tiene una menor duración y una recuperación más rápida. Es decir, la paciente puede recuperar su rutina habitual de manera inmediata.
No obstante, en algunos casos resulta necesario suministrar anestesia local o una sedación suave.
Histeroscopia quirúrgica
La histeroscopia quirúrgica se utiliza para tratar y corregir determinadas afecciones uterinas. El principal beneficio de la histeroscopia quirúrgica es que permite solucionar numerosos problemas de manera ambulatoria. Por ello, solamente una mínima parte de las patologías tendrán que ser tratadas en un entorno hospitalario.
No obstante, en la histeroscopia quirúrgica es necesario administrar anestesia local y sedación para aliviar las molestias.
¿Para qué sirve una histeroscopia?
La histeroscopia está indicada en una gran cantidad de casos como los siguientes:
- Detectar malformaciones en el útero, como el útero septo.
- Observar engrosamientos o crecimientos exagerados del endometrio.
- Estudiar alteraciones menstruales, como los periodos muy abundantes o irregulares.
- Realizar una ligadura de trompas para evitar el embarazo.
- Detectar o extirpar pólipos o miomas.
- Visualizar, tras un aborto espontáneo, dónde se había implantado el embrión, para realizar un raspado selectivo de la zona y retirar los restos del embarazo.
- Tomar una muestra de tejido del útero (biopsia).
- Llevar a cabo estudios de fertilidad.
- Implantar o retirar un dispositivo intrauterino (DIU).
¿Cómo prepararse para una histeroscopia?
Al ser una prueba relativamente sencilla, la histeroscopia no exige una preparación especial a la mujer. Sin embargo, es necesario tener en cuenta una serie de cuidados y recomendaciones.
- La mujer no debe tener la menstruación, ya que la regla provoca alteraciones en los resultados.
- Una paciente que está embarazada o que sospecha que puede estarlo no debe someterse a una histeroscopia, ya que el aparato puede dañar al feto.
- Se deben evitar las duchas vaginales las 24 horas anteriores a la prueba.
- Durante las 24 horas posteriores a la prueba se puede experimentar un ligero sangrado. Siempre y cuando sea leve, la mujer no tiene por qué alarmarse.
¿La histeroscopia duele?
La histeroscopia es una técnica que puede resultar molesta y, en algunos casos, puede llegar a ser dolorosa. Por ese motivo, en algunos casos se recurre a la anestesia local y a la sedación antes de comenzar la prueba.
El hecho de recurrir a técnicas que evitan el dolor (anestesia y sedación) dependerá del tipo de histeroscopia que se vaya a realizar (diagnóstica o quirúrgica), del tiempo que dure la prueba y de las propias características de la paciente.
Si lo que te preocupa es el dolor, te recomendamos que hables con el médico que vaya a realizar la histeroscopia. Puede que dicho profesional piense, por las características de la prueba, que no es necesario recurrir a anestesia o sedación. Sin embargo, si este es tu motivo de preocupación, podrá utilizar ambas técnicas para aportarte mayor tranquilidad.