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El síndrome de hiperestimulación ovárica es muy poco común, ya que ocurre en un porcentaje muy reducido de mujeres que se someten a técnicas de fertilidad. De hecho, se estima que aparece en menos del 3% de los tratamientos y, cuando lo hace, en la inmensa mayoría de los casos cursa de forma leve.
Sin embargo, es necesario saber qué es el síndrome de hiperestimulación ovárica y poder reconocer sus síntomas. Así, en la remota posibilidad de que lo padezcas en su versión más grave, sabrás identificarlo y buscar la ayuda médica necesaria.
¿Qué es el síndrome de hiperestimulación ovárica?
El síndrome de hiperestimulación ovárica es una respuesta del organismo al exceso de hormonas administradas durante la fase de estimulación ovárica. Es decir, se debe a la medicación inyectada que se usa en los tratamientos de fecundación in vitro o de preservación de la fertilidad (congelación de óvulos).
No ocurre lo mismo en las técnicas de inseminación artificial, ya que la dosis es muy baja y no hay riesgo de hiperestimulación
Dichos medicamentos hormonales se suministran para potenciar el desarrollo de folículos ováricos, los cuales dan lugar a óvulos que pueden ser fecundados por el espermatozoide.
Y es que, cuando una mujer tiene dificultades para quedarse embarazada, es necesario administrar una serie de hormonas para que produzca y libere más óvulos, lo que maximiza las posibilidades de lograr una gestación.
Causas de la hiperestimulación ovárica
Las causas del síndrome de hiperestimulación ovárica no se han podido establecer completamente. Sin embargo, están muy relacionadas con el suministro de unas determinadas hormonas.
- Administración de inyecciones hormonales de gonadotropinas: estas son unas de las hormonas que se usan durante la estimulación ovárica.
- Suministro de una inyección de gonadotropinas más tarde de lo recomendado. Es decir, más tarde de la ovulación.
- Embarazo en el mismo ciclo en el que se han administrado las gonadotropinas: esto se debe a que durante la gestación el propio cuerpo comienza a producir gonadotropinas.
Además, existen determinados factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de sufrir el síndrome de hiperestimulación ovárica:
- Edad avanzada de la mujer (más de 35 años).
- Tener un alto nivel de estrógenos antes de la administración de las inyecciones de gonadotropina.
- Desarrollar una gran cantidad de folículos durante la estimulación ovárica.
- Padecer síndrome de ovario poliquístico.
- Antecedentes previos de síndrome de hiperestimulación ovárica.
¿Cómo saber si tengo síndrome de hiperestimulación ovárica?
Normalmente, el síndrome de hiperestimulación ovárica se produce una semana después de haber recibido la inyección de gonadotropinas. Es decir, unos días después de la ovulación. Por tanto, calcular estas fechas te puede ayudar a saber si tienes el síndrome de hiperestimulación ovárica.
El síndrome de hiperestimulación ovárica puede cursar con diversos síntomas, en función de su gravedad.
Los síntomas de la hiperestimulación ovárica leve o moderada son los siguientes:
- Dolor abdominal, en la zona de los ovarios.
- Hinchazón abdominal.
- Náuseas.
- Vómitos.
- Diarrea.
Los síntomas de la hiperestimulación ovárica grave son los siguientes:
- Dolor abdominal intenso, que no remite con el uso de analgésicos.
- Distensión abdominal severa (abdomen muy hinchado).
- Vómitos o diarrea persistentes.
- Aumento súbito y considerable de peso (más de un kilogramo al día).
- Menor frecuencia de micción.
- Sensación de falta de aliento o dificultad para respirar.
¿Cómo evitar el síndrome de hiperestimulación ovárica?
Para evitar el síndrome de hiperestimulación ovárica lo principal es acudir a un buen ginecólogo especializado en reproducción asistida, que cuente con una gran cantidad de años de experiencia. Y que, por supuesto, someta a las mujeres a los controles ecográficos y analíticos adecuados.
Los médicos de nuestras clínicas de fertilidad realizan un estricto control ecográfico antes, durante y después de la fase de estimulación ovárica. Además, pautan una serie de analíticas de sangre y estudian el historial médico completo de la mujer.
De esta manera, detectan posibles antecedentes previos que aumenten el riesgo de sufrir hiperestimulación ovárica (episodios anteriores, síndrome de ovario poliquístico…), realizan un seguimiento de sus niveles hormonales y controlan el número de folículos ováricos que se desarrollan.
Con este seguimiento, los doctores pueden determinar si la dosis de medicación hormonal que recibe la paciente es la adecuada, y regularla, en caso de que sea necesario.
¿Cómo se cura el síndrome de hiperestimulación ovárica?
Por lo general, el síndrome de hiperestimulación ovárica se cura por sí solo y no requiere tratamiento. No suele ser grave y sus síntomas desaparecen en el plazo de una semana. Sin embargo, hay una serie de consejos que pueden ayudar a aliviar las molestias durante esos días:
- Tomar analgésicos, en la dosis y la duración pautadas por el médico.
- Aumentar la ingesta de líquidos, especialmente aquellos que contienen electrólitos.
- No consumir alcohol ni bebidas con cafeína (café, refrescos de cola…).
- Evitar el ejercicio físico intenso.
- No mantener relaciones sexuales: al igual que el deporte, pueden causar mayores molestias en los ovarios.
Además, es conveniente pesarse a diario para detectar cualquier aumento drástico y controlar la frecuencia de micción.
Normalmente, los síntomas asociados al síndrome de hiperestimulación ovárica van remitiendo con el paso de los días, y cesan con la llegada de la menstruación. Sin embargo, es fundamental prestar atención a su evolución para asegurarse de que no se agravan.
En un número muy escaso de casos, el síndrome de hiperestimulación ovárica se vuelve grave. Pero, en estos supuestos, requiere hospitalización. Por ello, te recomendamos estar muy atenta a los síntomas graves que hemos descrito en este artículo.
Bibliografía
- Azcona, B., Campo, G., & Zabaleta, J.. (2009). Síndrome de hiperestimulación ovárica. Anales del Sistema Sanitario de Navarra, 32(Supl. 1), 19-27.