Aunque, en la mayoría de los casos, los miomas uterinos no causan síntomas graves, pueden reducir las posibilidades de lograr el embarazo. A continuación, vamos a profundizar en cómo pueden influir los miomas en la fertilidad femenina y en los tratamientos más adecuados para conseguir un embarazo con miomatosis.
¿Qué es un mioma?
Los miomas, también llamados fibromas uterinos, son unos tumores benignos que aparecen en el útero de algunas mujeres. Se deben al crecimiento anormal del tejido muscular que se encuentra en el miometrio (capa muscular de la pared del útero).
Al tratarse de unos tumores benignos, los miomas no son cancerígenos. Pueden aparecer de forma aislada o en grupo, y su tamaño puede variar desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros.
¿Por qué aparecen los miomas?
Los miomas aparecen debido a la proliferación excesiva de las células musculares que se encuentran en el miometrio. Sin embargo, se desconoce la causa exacta por la que se desarrollan los miomas. Aun así, hay una serie de factores hormonales, genéticos y ambientales que pueden influir en su aparición y crecimiento.
- Hormonas: las hormonas femeninas, estrógeno y progesterona, pueden estimular el desarrollo de los miomas, lo que explica que la miomatosis aparezca durante la edad fértil y mejore después de la menopausia.
- Historia familiar: las mujeres con antecedentes familiares de miomatosis tienen más probabilidades de desarrollar esta condición.
- Edad: por lo general, los miomas uterinos aparecen entre los 30 y los 40 años.
- Raza: las mujeres de origen afroamericano tienen mayor riesgo de desarrollar miomas y a edades más tempranas.
- Obesidad: el exceso de peso puede aumentar los niveles de estrógeno, lo que favorece el crecimiento de los miomas.
Tipos de miomas
Según su localización en el útero, existen diferentes tipos de miomas. Según la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO), los miomas pueden clasificarse en:
- Miomas subserosos: se encuentran en la superficie serosa del útero (la parte más exterior) y pueden crecer hacia la cavidad abdominal.
- Miomas pediculados: son miomas subserosos que pueden crecer hacia adentro o hacia fuera del útero. Quedan unidos a él por un fino cordón llamado pedículo.
- Miomas intramurales: se desarrollan dentro de la pared muscular del útero. Son los más comunes. Si crecen mucho pueden distorsionar la superficie y la cavidad del útero.
- Miomas submucosos: crecen hacia la cavidad uterina, por lo que pueden deformarla. Son los menos frecuentes, pero también los que más problemas provocan.
Miomas y fertilidad: ¿cuál es la relación?
Si bien muchas mujeres con miomas logran quedar embarazadas sin complicaciones, la presencia de estos tumores benignos puede aumentar el riesgo de ciertos problemas durante la concepción y la gestación.
La relación entre miomatosis y fertilidad depende, en gran medida, del tamaño, la cantidad y la ubicación de los miomas dentro del útero. En general, los miomas submucosos son los que más problemas pueden causar a la hora de concebir, ya que interfieren directamente en la cavidad uterina y en el proceso de implantación del embrión.
Por su parte, los miomas intramurales suelen ser menos problemáticos. Sin embargo, pueden afectar a la fertilidad femenina si crecen lo suficiente como para alterar la estructura del útero u obstruir las trompas de Falopio, impidiendo que el óvulo sea fecundado.
Por su parte, los miomas subserosos no suelen producir alteraciones graves para la fertilidad de la mujer.
¿Cómo afecta la miomatosis al embarazo?
Los principales efectos que tiene la miomatosis en el embarazo son los siguientes:
- Dificultad para concebir: los miomas intramurales y submucosos, que distorsionan la cavidad uterina, pueden interferir con la implantación del embrión. Esto se debe a que algunos de estos miomas pueden reducir el flujo sanguíneo hacia el útero y la receptividad del endometrio.
- Riesgo de aborto espontáneo: los miomas intramurales y submucosos pueden perjudicar el desarrollo del embarazo, lo que aumenta el riesgo de aborto espontáneo en las primeras etapas de la gestación.
- Parto prematuro: las alteraciones en el útero pueden incrementar y agravar las contracciones. Por ello, la miomatosis también puede derivar en parto prematuro (antes de la semana 37).
- Malposición fetal: los miomas grandes pueden alterar la posición del bebé en el útero, dificultando el parto natural y aumentando la necesidad de una cesárea.
Tratamiento de la miomatosis cuando se desea el embarazo
No todos los miomas requieren tratamiento. De hecho, el tratamiento solo suele plantearse en mujeres que están buscando el embarazo o que no lo descartan en el futuro. Y, más concretamente, el tratamiento para la miomatosis solo suele llevarse a cabo cuando vaya a aumentar la probabilidad de embarazo y/o reducir los riesgos durante la gestación.
A continuación, vamos a detallar los tratamientos que pueden ayudar a mejorar las probabilidades de concebir:
1. Tratamientos no invasivos
Para los miomas pequeños que no causan síntomas graves, pero que están afectando a la fertilidad o el embarazo, se suele considerar la medicación hormonal. Este tipo de medicamentos disminuyen los niveles de estrógeno y progesterona en el cuerpo, lo que puede ayudar a reducir el tamaño de los miomas. Sin embargo, el tratamiento hormonal es temporal y los miomas pueden volver a crecer una vez que se detiene la medicación.
2. Tratamientos quirúrgicos
Cuando los miomas interfieren significativamente en la capacidad de concebir o de llevar un embarazo a término se puede valorar la posibilidad de recurrir a una intervención quirúrgica:
- Miomectomía: es una cirugía que consiste en la extirpación de los miomas. Es el tratamiento quirúrgico más común para las mujeres que desean quedar embarazadas, ya que permite conservar el útero. La miomectomía se puede realizar por laparoscopia o por histeroscopia, dependiendo de la ubicación de los miomas.
- Embolización de las arterias uterinas: este procedimiento quirúrgico reduce o impide el suministro de sangre a los miomas, haciendo que disminuyan de tamaño. Sin embargo, antes de recurrir a este tratamiento conviene valorar cuidadosamente cada caso, ya que esta técnica puede tener implicaciones en la fertilidad femenina.
3. Reproducción asistida
Cuando la cirugía no sea viable o la miomatosis haya afectado gravemente a la fertilidad, las técnicas de reproducción asistida como la fecundación in vitro (FIV) pueden ser una opción eficaz. La fecundación in vitro permite que los óvulos sean fecundados fuera del cuerpo (en el laboratorio) y posteriormente transferidos al útero. Este procedimiento evita, por tanto, algunas de las complicaciones que los miomas generan en el proceso de concepción natural.
Como ves, los miomas uterinos pueden suponer un desafío importante en el camino hacia la maternidad, pero con el tratamiento adecuado y el seguimiento de especialistas en fertilidad, muchas mujeres logran quedar embarazadas.
Si te preocupa cómo puede afectar la miomatosis al embarazo, te animamos a que consultes con nuestros médicos especializados en fertilidad. Llama hoy mismo y agenda una primera consulta gratuita para explorar todas tus opciones y dar el primer paso hacia la concepción.