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El proceso para realizar un cultivo de esperma es relativamente sencillo y nada invasivo. Prácticamente, solo requiere realizar una visita a un centro que pueda realizar este tipo de pruebas, como nuestras clínicas de fertilidad.
En el artículo de hoy te explicaremos en qué consiste dicho proceso: cómo se hace, cuándo está indicado y qué problemas o anomalías permite detectar.
¿Qué es un cultivo de semen?
El cultivo de semen, también denominado espermocultivo, es una prueba que analiza el esperma del varón para encontrar posibles infecciones causadas por bacterias, hongos u otros microorganismos.
Los cultivos de semen se hacen en el laboratorio. Para realizar la prueba, el biólogo pone una muestra de esperma en contacto con un medio que favorece la proliferación de bacterias.
En el caso de que se produzca un crecimiento de bacterias, estaremos ante un cultivo seminal positivo. En caso contrario, nos encontraremos con un cultivo seminal negativo.
Ante un cultivo seminal positivo, el especialista deberá identificar cuál es el microorganismo presente en el esperma del hombre.
Además, realizará un antibiograma. De esta manera, se podrá determinar a qué antibióticos son vulnerables los microorganismos, y con ello pautar al paciente el fármaco más adecuado contra los agentes patógenos.
¿Cuándo está indicado hacer un cultivo de semen?
Los casos en los que se recomienda realizar un cultivo de esperma son los siguientes:
- Cuando exista inflamación y dolor en la zona de los genitales (próstata, testículos…).
- Cuando el líquido seminal presente un olor o color diferente al habitual.
- Cuando haya ardor al orinar.
- Cuando se observe sangre en el semen.
Sin embargo, el cultivo de esperma no está indicado como prueba rutinaria antes de llevar a cabo un tratamiento de reproducción asistida o de congelación de semen.
¿Qué se detecta en un cultivo de esperma?
Un cultivo de semen permite detectar una gran cantidad de agentes patógenos, como bacterias u hongos. Por tanto, esta prueba sirve para diagnosticar distintas infecciones en el sistema reproductor masculino (uretra, próstata, conductos deferentes, testículos…).
Dicho esto, hay que tener en cuenta que las infecciones en el aparato reproductor pueden afectar negativamente a la fertilidad masculina.
¿Qué infecciones puede tener el semen?
El cultivo de semen permite detectar diferentes infecciones en el aparato reproductor masculino (uretra, próstata, conductos deferentes, testículos…).
Las principales infecciones que puede tener el semen son las siguientes:
Orquitis
La orquitis es la inflamación de uno o dos testículos. Normalmente, la orquitis tiene un origen bacteriano, ya que suele estar provocada por la gonorrea o la clamidia.
Epididimitis
La epididimitis es la inflamación de uno o dos epidídimos. Los epidídimos son unos pequeños tubos estrechos que unen los testículos con los conductos deferentes. A su vez, los conductos deferentes son unos finos tubos que transportan los espermatozoides.
La epididimitis suele estar causada por una infección bacteriana que se desarrolla en la uretra o vejiga. Por lo general, tiene su origen en la gonorrea y la clamidia (en hombres jóvenes) o en la Escherichia coli (E. coli), en el caso de niños y varones de edad avanzada.
Prostatitis
La prostatitis es una infección que también se puede detectar con un cultivo de semen. Por prostatitis entendemos un grupo de enfermedades que afectan a la próstata y que tienen síntomas similares. Sin embargo, no todas las prostatitis se originan con una infección.
La prostatitis se puede dividir en cuatro grupos:
- Prostatitis bacteriana aguda: tiene una causa infecciosa.
- Prostatitis bacteriana crónica: tiene su origen en una prostatitis aguda que no se ha tratado o en una infección de orina.
- Prostatitis no bacteriana crónica: no tiene una causa infecciosa.
- Prostatitis inflamatoria asintomática: tiene su origen en una infección pero no produce síntomas.
Vesiculitis seminal
La vesiculitis seminal es una inflamación de las vesículas seminales. Normalmente, se debe a una infección que se ha extendido desde otras zonas del aparato reproductor masculino, como la próstata o la uretra.
¿Cómo afecta una infección seminal a la fertilidad?
Cualquier infección en el semen puede reducir la fertilidad del varón. En función de cuál sea la zona del aparato sexual el que se produzca la infección, la capacidad reproductiva se puede alterar de una u otra manera:
- Impedir la formación de espermatozoides: este es el caso de las infecciones que afectan a los testículos, como la orquitis. La orquitis puede provocar azoospermia secretora, una afección en la que los testículos no producen espermatozoides. Además, la orquitis puede causar oligospermia, que hace referencia a la baja concentración de espermatozoides en el semen.
- Obstruir las vías seminales: la obstrucción de los conductos seminales puede causar oligospermia o azoospermia obstructiva. En este caso, los testículos sí producen espermatozoides, pero las vías seminales presentan una anomalía que impide la correcta salida de los mismos.
- Alterar la movilidad espermática: el hecho de que los espermatozoides no avancen o sean muy lentos también compromete la fertilidad. Esto se debe a que tienen muchas dificultades para llegar hasta el óvulo y fecundarlo.
- Alterar la morfología espermática: las anomalías en la morfología de los espermatozoides, conocidas como teratozoospermia, también pueden afectar a la fertilidad.
- Aumentar la fragmentación del ADN espermático: la fragmentación del ADN repercute negativamente en el proceso de fecundación y dificulta la implantación del embrión.
- Formar anticuerpos antiespermatozoides: el sistema inmunitario puede producir anticuerpos que ataquen a los espermatozoides.
Tratamientos para la infección seminal
Las infecciones en el semen se pueden tratar y curar con antibióticos. De manera paralela, el resto de síntomas que provocan los procesos infecciosos (como dolor o inflamación) se pueden aliviar con medicación analgésica y antiinflamatoria.
Además, es importante que el hombre no mantenga relaciones sexuales hasta que la infección haya sido totalmente eliminada con el tratamiento antibiótico. Esto se debe a que puede contagiar a la persona con la que tenga el contacto íntimo.
En una gran cantidad de casos, la fertilidad masculina se restablecerá al erradicar la infección. Sin embargo, si esto no sucede, se podrá recurrir a técnicas de fecundación in vitro (FIV).
En cualquier caso, los tratamientos de fertilidad también comenzarán una vez que el cultivo seminal sea negativo.
¿Cómo se recoge el semen para un cultivo?
El proceso para recoger el semen para un cultivo es relativamente sencillo. El paciente deberá seguir una serie de pasos:
- Concertar una cita en una clínica que realice cultivos de semen.
- Tener un periodo de abstinencia sexual de entre dos y cinco días. Esto implica que no podrá tener relaciones sexuales ni masturbarse.
- Acudir a la clínica, donde se le entregará un recipiente estéril y será conducido a una sala privada para que pueda masturbarse.
- Depositar la muestra de esperma en el bote, sin derramar el líquido seminal. En caso de que la muestra no esté completa, el cultivo de semen se verá alterado.
Esperamos que este artículo te haya servido para conocer con más detalle cómo se realiza el cultivo de semen, por qué es tan necesario y qué impacto tiene en la fertilidad masculina.
Si tienes alguna duda más, los médicos de nuestras clínicas de fertilidad estarán encantados de recibirte en una primera consulta gratuita.
Bibliografía
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