Sin embargo, es importante destacar que la normozoospermia por sí sola no garantiza la fertilidad, ya que hay otros muchos factores, tanto masculinos como femeninos, que pueden afectar a la capacidad de una pareja para concebir.
¿Qué es la normozoospermia?
La normozoospermia es el término médico utilizado para referirse a una muestra de semen normal, sin ninguna alteración que indique la existencia de problemas en su calidad. Por tanto, una muestra de semen normozoospérmica es aquella que presenta unos parámetros seminales que se encuentran dentro de los rangos de normalidad establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El diagnóstico de normozoospermia se realiza a través de un seminograma, un análisis de esperma que sirve para evaluar los principales parámetros seminales.
¿Cuáles son los principales parámetros seminales?
Los principales parámetros seminales que se evalúan en un seminograma son los siguientes:
- Volumen de semen: es la cantidad de semen eyaculado.
- Concentración de espermatozoides: es el número total de espermatozoides presentes por mililitro de semen.
- Motilidad de los espermatozoides (movilidad): este parámetro seminal mide el porcentaje de espermatozoides que se mueven y su tipo de movimiento. Dicho movimiento puede ser progresivo (espermatozoides que se mueven hacia adelante) o no progresivo (existe movimiento pero los espermatozoides no avanzan hacia adelante). Además, hay espermatozoides que no muestran ningún movimiento y que, por tanto, son inmóviles.
- Morfología de los espermatozoides: evalúa la forma de las diferentes partes de los espermatozoides (cabeza, cuello y cola).
- Vitalidad de los espermatozoides: este parámetro seminal determina el porcentaje de espermatozoides vivos en la muestra de semen.
- pH del semen: un pH fuera de los rangos de normalidad puede indicar la existencia de una infección.
¿Cuáles son los valores de referencia?
A continuación, te vamos a detallar los valores de referencia, establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de los principales parámetros seminales . Cuando todos los parámetros del semen están dentro de los rangos de normalidad se diagnostica la normozoospermia:
- Volumen de semen: debe ser de, al menos, 1,5 mililitros por eyaculación.
- Concentración de espermatozoides: debe ser de, al menos, 15 millones de espermatozoides por mililitro de semen.
- Motilidad de los espermatozoides (movilidad): para que la muestra de semen sea considerada normal, al menos el 40% de los espermatozoides deben ser móviles. Además, el 32% deben presentar una movilidad progresiva.
- Morfología de los espermatozoides: al menos el 4% de los espermatozoides debe tener una morfología normal, sin alteraciones en ninguna de sus partes (cabeza, cuello y cola).
- Vitalidad de los espermatozoides: para diagnosticar la normozoospermia es imprescindible que la muestra contenga al menos un 58% de espermatozoides vivos.
- pH del semen: los rangos de normalidad del pH seminal oscilan entre 7.2 y 8.0.
Normozoospermia y embarazo
Una vez conocidos los valores de referencia de una muestra seminal es importante volver a destacar que un resultado de normozoospermia no garantiza, por sí sola, la capacidad de conseguir un embarazo. En línea con lo anterior, unos valores fuera de los rangos establecidos no indica necesariamente problemas de fertilidad.
La normozoospermia, al detectar la existencia de parámetros normales en el semen, es un indicador positivo de la fertilidad masculina. Sin embargo, la fertilidad de una pareja es compleja y depende de muchos factores, tanto masculinos como femeninos. A continuación te detallamos los más importantes:
- Factores masculinos: la temperatura testicular elevada y los problemas en el aparato reproductivo (varicocele, gonorrea…) pueden afectar a la fertilidad, a pesar de que la muestra de semen sea considerada normal.
- Factores femeninos: la capacidad de una pareja para concebir también depende de la salud reproductiva de la mujer. Esto incluye factores como la reserva ovárica -muy asociada a la edad-, la salud del aparato reproductor femenino (trompas de Falopio, ovarios, útero, endometrio…) o la existencia de patologías que comprometen la fertilidad (síndrome de ovario poliquístico, endometriosis…).
- Factores comunes (masculinos y femeninos): los desequilibrios hormonales, el estilo de vida (alimentación, actividad física, consumo de alcohol y tabaco, estrés…), los trastornos genéticos o los tratamientos contra el cáncer pueden afectar al potencial reproductivo.
¿Qué pruebas hacer si no se consigue el embarazo natural con normozoospermia?
Cuando una pareja no logra concebir a pesar de haber recibido un diagnóstico de normozoospermia es fundamental realizar un estudio completo de fertilidad tanto al hombre como a la mujer. El estudio de fertilidad, que se puede realizar en nuestras clínicas de reproducción asistida, normalmente incluye las siguientes pruebas:
Pruebas para la mujer
Por lo general, el estudio de fertilidad femenino incluye las siguientes pruebas:
- Analítica hormonal para evaluar los niveles de las hormonas que juegan un papel fundamental en la ovulación y la salud reproductiva de la mujer. Algunos ejemplos de ellas son la hormona antimulleriana, la hormona folículo estimulante (FSH), la hormona luteinizante (LH), la progesterona, el estradiol y la hormona estimulante de la tiroides (TSH).
- Ecografía para examinar el aparato reproductor femenino (ovarios, útero y trompas de Falopio). Con dicha ecografía se pueden detectar anomalías estructurales, fibromas uterinos, quistes ováricos o signos de endometriosis.
Pruebas para el hombre
El seminograma es la principal prueba para evaluar la fertilidad masculina, ya que puede detectar una gran cantidad de alteraciones en el semen. Sin embargo, ante la incapacidad para conseguir un embarazo tras un resultado de normozoospermia, es necesario realizar exámenes adicionales.
Por lo general, el siguiente paso consiste en hacer una prueba para evaluar la fragmentación del ADN espermático. Este concepto hace referencia a la rotura del material genético de los espermatozoides, lo que produce lesiones en su ADN y puede dificultar las posibilidades de conseguir un embarazo y de que este llegue a término. Esto se debe a que, entre otras cosas, cualquier alteración en el ADN de los espermatozoides puede dificultar la fecundación y el desarrollo embrionario.
A pesar de que el seminograma detecta una gran cantidad de alteraciones en el esperma, los daños en el material genético de los espermatozoides no suelen observarse en un análisis de semen. Por ello, el diagnóstico de normozoospermia es perfectamente compatible con los daños en el ADN espermático.
Si tras leer este artículo tienes más preguntas sobre la normozoospermia, la fragmentación del ADN espermático o los tratamientos disponibles, puedes llamar a nuestras clínicas de reproducción asistida y solicitar una primera visita gratuita con los especialistas en fertilidad.