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Cuando se retrasa más de lo esperado, la búsqueda del embarazo suele ir acompañada de sentimientos de tristeza, ansiedad y frustración. Por ello, en el artículo de hoy vamos a abordar las causas por las que una mujer no se queda embarazada, así como a desvelar cuáles son las principales soluciones para lograr la ansiada gestación.
¿Cuándo hay que preocuparse si no te quedas embarazada?
Se estima que el 80% de las parejas que no presentan problemas de fertilidad tardan menos de un año en lograr un embarazo. Este es, por tanto, el plazo que recomendamos esperar antes de preocuparse.
Sin embargo, en el caso de que la mujer tenga más de 35 años, aconsejamos acortar este plazo. En este supuesto, la recomendación es acudir a un especialista en reproducción asistida cuando la pareja lleva seis meses manteniendo relaciones sexuales regulares sin protección.
¿Por qué no me quedo embarazada?
Las causas por las que una pareja no consigue un embarazo pueden tener su origen en la mujer, en el hombre o en ambos. A continuación, vamos a distinguir entre las razones que afectan a cada sexo, ya que pueden ser muy diferentes.
Factor femenino
Las principales causas femeninas por las que una mujer no se queda embarazada son las siguientes:
Edad
En el caso de la mujer, podemos decir que la edad óptima para procrear se encuentra entre la década de los veinte y la primera parte de la década de los treinta.
Sin embargo, a partir de los 35 años la fertilidad comienza a caer drásticamente, lo que hace más difícil conseguir un embarazo rápido.
Enfermedades que alteran la ovulación
Cuando una mujer no tiene ciclos regulares, suceden dos cosas que juegan en contra de que se quede embarazada.
En primer lugar, no ovula todos los meses, lo que hace que tenga menos días fértiles. En segundo lugar, no puede sincronizar sus relaciones sexuales con el momento de la ovulación, ya que no sabe cuándo ovula.
Aunque puede haber más razones, las principales patologías que alteran la ovulación son el síndrome de ovario poliquístico (SOP), el fallo ovárico precoz y la menopausia precoz. Esto último puede suceder, por ejemplo, en mujeres que padecen cáncer en alguno de sus órganos reproductores.
Peso inadecuado
En una gran cantidad de casos, el sobrepeso y la obesidad están estrechamente relacionados con una vida sedentaria y el consumo de alimentos poco saludables (comida procesada, grasas, azúcares..).
Sin embargo, está ampliamente respaldado por numerosos estudios el hecho de que la falta de ejercicio físico y una alimentación poco balanceada afectan negativamente a la fertilidad. Por ejemplo, alteran la ovulación y contribuyen a que la mujer tenga reglas irregulares.
En el extremo contrario se encuentran otros trastornos de la alimentación como la anorexia o la bulimia. Y es que, un estado de salud debilitado y la falta de nutrientes esenciales también dificulta el embarazo.
Estrés
El estrés, en sí mismo, puede ser el causante de que la mujer no se quede embarazada.
Entre otras cosas, el estrés altera la ovulación, disminuye la libido (lo que hace que se mantengan menos relaciones sexuales) y favorece el aumento de peso (ya que la ansiedad provoca una tendencia natural a comer).
Alteraciones en el útero y las trompas de Falopio
La anatomía y el funcionamiento de los órganos reproductores también pueden ser la causa de que una mujer no se quede embarazada.
En este caso, podemos decir que las alteraciones más comunes son las siguientes:
- Anomalías en el útero: los problemas para concebir pueden deberse a la existencia de pólipos o miomas, así como a malformaciones como el útero septado (con una división en el centro) o bicorne (en forma de corazón).
- Obstrucción de las trompas de Falopio: cuando las trompas de Falopio están obstruidas o son poco permeables no pueden realizar sus funciones básicas. Entre otras, estas funciones consisten en facilitar la unión entre el óvulo y el espermatozoide.
Endometriosis
La endometriosis es una patología que provoca que el tejido que cubre el interior del útero salga del mismo.
Esta anomalía da lugar a diversas dificultades en todo el proceso de concepción, ya que está relacionada con una baja reserva ovárica, embriones de peor calidad, fallos en la implantación y mayor riesgo de aborto.
Enfermedades de transmisión sexual
Existen diversas enfermedades de transmisión sexual (ETS): sífilis, herpes, virus del papiloma humano (VPH), VIH, etc. Sin embargo, la gonorrea y la clamidia son las que más dificultan la gestación.
Factor masculino
Las principales causas masculinas por las que una mujer no se queda embarazada son las siguientes:
Anomalías en el semen
Al contrario de lo que sucede con la mujer, la edad del hombre no juega tan en contra de su capacidad reproductiva. Sin embargo, puede darse la circunstancia de que el hombre presente una baja calidad o cantidad de espermatozoides.
Las causas de que esto suceda pueden ser muy variadas, ya que están relacionadas con el estilo de vida, las alteraciones hormonales u otras enfermedades en el aparato reproductivo.
Estilo de vida
Al igual que ocurre en el caso de la mujer, hay determinados aspectos relacionados con el estilo de vida que afectan a la fertilidad masculina: estrés, sobrepeso u obesidad, alimentación poco balanceada, exceso de cafeína o alcohol, tabaco, etc.
Problemas durante la eyaculación
Hay ocasiones en las que el hombre experimenta anomalías en la salida de los espermatozoides. Esto puede deberse a una obstrucción de los conductos seminales o a inflamaciones en la uretra.
Enfermedades e infecciones
Como sucede con la mujer, hay determinadas enfermedades de transmisión sexual que también afectan a la fertilidad masculina.
¿Qué debo hacer si no me quedo embarazada?
Cuando una pareja experimenta problemas para lograr un embarazo, es fundamental que los dos miembros acudan a un centro de fertilidad. De esta manera, los especialistas podrán determinar si las dificultades para concebir obedecen al factor femenino o al masculino.
Entre las pruebas que realizamos los especialistas en fertilidad están las siguientes:
Historia clínica
Antes de comenzar con las pruebas, es imprescindible que el especialista complete la historia clínica de ambos miembros de la pareja: antecedentes familiares, enfermedades, infecciones, cirugías en el aparato reproductor, embarazos o abortos anteriores, etc.
Analítica completa
La analítica completa es una prueba que se debe realizar tanto al hombre como a la mujer. Esto se debe a que permite detectar problemas hormonales o de coagulación, así como la presencia de otras enfermedades (gonorrea, clamidia, hepatitis B y C, etc.).
En lo que respecta al perfil hormonal, la analítica sirve para medir los niveles de las hormonas que tienen un papel más activo en la reproducción (FSH, LH, estradiol o antimulleriana). Esta última es la que determina la reserva ovárica.
Ecografía transvaginal
La ecografía transvaginal permite examinar los ovarios, el útero y el endometrio de la mujer. Por tanto, hace que podamos detectar malformaciones en su estructura, la presencia de pólipos o miomas o la existencia de otras enfermedades (tumores, por ejemplo).
Histeroscopia
La histeroscopia diagnóstica es un procedimiento que consiste en introducir una lente a través del cuello del útero para visualizar la cavidad uterina. Dicha técnica no requiere anestesia.
En el caso de que se detecte la existencia de pólipos, miomas o un útero septado estará indicada la intervención (histeroscopia quirúrgica). En este caso, sí será necesario anestesiar a la paciente.
Histerosalpingografía
La histerosalpingografía es una radiografía con contraste que se utiliza para examinar la permeabilidad de las trompas de Falopio y la cavidad uterina.
Seminograma
El seminograma -también llamado espermiograma– es una prueba que sirve para examinar determinados parámetros de los espermatozoides del hombre que son claves en la fertilidad: cantidad, movilidad y morfología.
Para determinar la calidad del semen, los resultados obtenidos se compararán con los patrones de normalidad. De esta manera, los especialistas observarán si este hecho está dificultando que la mujer se quede embarazada.Como ves, son una gran cantidad de factores los que pueden estar impidiendo el embarazo. Así es que, si llevas más de un año intentando concebir -o seis meses si tienes más de 35 años- te invitamos a que acudas a una primera consulta gratuita con nuestros expertos en fertilidad.