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Lo más habitual es realizar el seminograma en una clínica de fertilidad. Sin embargo, existen otras opciones no tan beneficiosas que te explicaremos en este artículo.
¿Qué es un seminograma?
El seminograma -también llamado espermograma o espermiograma- es una prueba que sirve para analizar la calidad del semen de un hombre. El seminograma analiza determinados parámetros, tales como el volumen, la movilidad, la morfología, el pH o la concentración de espermatozoides.
Una vez realizada la prueba, se comparan los valores obtenidos con los rangos de normalidad establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En función de los resultados obtenidos se puede comprobar si existen alteraciones en el semen que comprometan la capacidad reproductiva del hombre.
¿Cuándo se hace un seminograma?
El seminograma se realiza cuando una pareja lleva un tiempo intentando concebir de manera natural sin éxito. Normalmente, se recurre a esta prueba después de llevar un año tratando de conseguir un embarazo (cuando la mujer de la pareja es menor de 35 años). Sin embargo, si la mujer tiene más de 35 años, se recomienda adelantar los estudios de fertilidad a los seis meses.
Aunque este sea su uso principal, el seminograma también puede hacerse tras una vasectomía (para certificar la ausencia de espermatozoides en el semen), durante las pruebas de donación de esperma o, sencillamente, para conocer el estado del potencial reproductivo.
¿Cómo hacer un seminograma?
El seminograma es una prueba muy sencilla, pero exige seguir una serie de pasos para que sus resultados sean fiables.
Preparación para un seminograma
Antes de un seminograma, es imprescindible que el hombre esté sin eyacular entre tres y cinco días. Por tanto, deberá mantener abstinencia tanto de relaciones sexuales como de masturbación.
En caso de no respetar dicho plazo, no se podrá analizar correctamente la calidad del semen. Por tanto, la prueba perderá su valor diagnóstico.
Toma de la muestra de esperma
Lo más habitual es realizar el espermograma en una clínica de reproducción asistida, como las nuestras. En este caso, el hombre acudirá al centro el día programado. El personal le entregará un recipiente estéril y le conducirá a una sala. Allí, de manera privada, podrá masturbarse para depositar su muestra de semen en el bote.
Por otro lado, hay que destacar la importancia de que el varón deposite la totalidad del eyaculado en el recipiente. El hecho de que se pierda una parte hará que la muestra no sea representativa.
Repetición de la prueba
Para que los resultados sean fiables, es recomendable repetir el seminograma unas semanas después de haber realizado el primero. De esa manera, se puede comprobar que ambas pruebas coincidan, así como descartar variables ambientales que hayan podido interferir en el resultado.
¿Dónde hacer un seminograma?
El lugar más adecuado para realizar un seminograma es una clínica de fertilidad. Hay hombres que prefieren obtener la muestra de semen en la privacidad de su casa y, posteriormente, entregarla en el centro.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la manera de conservar la prueba puede alterar el resultado. Y es que, es fundamental que la muestra llegue al laboratorio en menos de una hora, que se mantenga a una temperatura adecuada (entre 20 y 37 grados) y que no esté expuesta a la luz.
Dicho esto, hoy en día existen otros muchos lugares donde se puede comprar un test para hacer un seminograma (farmacias, Internet…). Sin embargo, las pruebas caseras no garantizan la misma fiabilidad que un espermograma realizado en una clínica de fertilidad.
Para empezar, porque los tests caseros ofrecen poco más que un recuento del número de espermatozoides. Sin embargo, las causas de la infertilidad son mucho más complejas que eso. Es decir, un hombre puede tener un número normal de espermatozoides y, a pesar de ello, presentar problemas de fertilidad.
Tal y como veremos en el apartado siguiente, hay una gran cantidad de parámetros que deben ser valorados para determinar la capacidad reproductiva del varón.
Valores de referencia del seminograma
Una vez que la muestra está en el laboratorio, los biólogos realizan un análisis macroscópico y microscópico de la misma. Y, como ya hemos mencionado, comparan los resultados obtenidos con los valores de referencia establecidos por la OMS.
Análisis macroscópico
Los elementos que se evalúan en el análisis macroscópico son los siguientes:
Volumen
El volumen hace referencia a la cantidad de semen que se expulsa durante la eyaculación. Esta cantidad debe ser de, al menos, 1,5 mililitros.
Licuefacción
Tras un periodo de reposo de 20 minutos, el semen debe volverse menos compacto. El hecho de que este proceso no ocurra, puede advertir de alteraciones en el esperma.
Viscosidad
Se analiza la presencia de hilos en la muestra. La formación de los mismos puede impedir la movilidad de los espermatozoides a lo largo del líquido seminal.
Color
Para que sea considerado normal, el semen debe tener un tono blanco grisáceo o ligeramente amarillento. Un color diferente puede indicar la existencia de una infección. Hay determinadas infecciones que comprometen seriamente la fertilidad, por lo que es de vital importancia detectar cualquier proceso infeccioso.
pH
El pH seminal normal se sitúa entre 7,2 y 8,1. Unos niveles de pH superiores o inferiores pueden alertar de la presencia de una infección o de alteraciones en la producción de semen.
Análisis microscópico
Los elementos que se examinan en el análisis microscópico son los siguientes:
Concentración de espermatozoides
Se mide la cantidad de espermatozoides de dos maneras distintas. Por un lado, se calcula la concentración de espermatozoides por cada mililitro de semen, la cual debe ser de, al menos, 15 millones.
Por otro lado, se mide la cantidad de espermatozoides en el total de la eyaculación, que tiene que ser de, al menos, 39 millones.
Motilidad
Se evalúa el movimiento de los espermatozoides para clasificarlos en tres tipos distintos: los que simplemente se mueven, los que se mueven y avanzan y los que no tienen movilidad.
Para que la motilidad sea considerada normal, es necesario que al menos el 40% de los espermatozoides presenten movimiento, y que el 32% puedan avanzar.
Además, en el caso de los espermatozoides móviles es fundamental valorar su velocidad: lenta, moderada o rápida.
Vitalidad
Por lo general, este parámetro se analiza solo cuando se descubren una gran cantidad de espermatozoides inmóviles. El análisis de vitalidad permite saber si los espermatozoides que no presentan movimiento están vivos o muertos.
Según la OMS, la muestra de semen debe contener, por lo menos, un 58% de espermatozoides vivos.
Morfología
Se analiza la forma de las diferentes partes que componen el espermatozoide (cabeza, cuello y cola). Para que la morfología sea considerada normal, al menos el 4% de los espermatozoides no puede presentar anomalías en ninguna de sus partes.
Presencia de leucocitos y células epiteliales
Es normal que la muestra de semen contenga determinadas células, además de espermatozoides. Sin embargo, una alta presencia de leucocitos es indicativo de una infección.
Como has podido leer, el seminograma es una prueba muy sencilla que sirve para diagnosticar problemas de infertilidad en el hombre. Sin embargo, su principal valor reside en el uso posterior que se le da.
Y es que, permite poner nombre a determinadas alteraciones, así como establecer cuál es el mejor tratamiento que permita lograr un embarazo.
Eso sí, como profesionales, lo que siempre te recomendamos es acudir a un centro de reproducción asistida. Los tests caseros adquiridos en farmacias o a través de Internet no facilitan información fiable. Y, lo que es peor, hacen perder un tiempo muy valioso a la pareja, en un escenario en el que la edad juega un papel fundamental a la hora de quedarse embarazada.