En el artículo de hoy te vamos a contar, entre otras cosas, en qué casos se recomienda esta técnica y cuáles son los pasos para llevarla a cabo.
¿Qué es la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI)?
La inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI, por sus siglas en inglés) es una técnica avanzada de reproducción asistida que se utiliza dentro de los tratamientos de fecundación in vitro (FIV).
Su principal característica es que, en lugar de dejar que la fecundación ocurra de manera natural en el laboratorio, al juntar los espermatozoides y el óvulo en una placa cultivo, se introduce un único espermatozoide directamente en el óvulo. De esa manera, aumentan las posibilidades de que este sea fecundado.
¿Cuándo está indicada la ICSI?
El método ICSI se desarrolló principalmente para tratar problemas severos de infertilidad masculina, donde la cantidad o calidad de los espermatozoides es tan baja que impide o dificulta la fecundación mediante una FIV convencional.
Azoospermia
La azoospermia es una alteración que se caracteriza por la ausencia total de espermatozoides en el semen. La azoospermia puede ser de dos tipos: secretora (los testículos no producen espermatozoides) y obstructiva (el hombre produce espermatozoides pero hay una obstrucción que impide que lleguen al semen).
Oligospermia
La oligospermia se caracteriza por la baja concentración de espermatozoides en el semen.
Concretamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que un hombre sufre oligospermia cuando presenta menos de 15 millones de espermatozoides por mililitro de semen.
Teratozoospermia
La teratozoospermia es un trastorno que afecta a la morfología de los espermatozoides. Se considera que un hombre padece teratozoospermia cuando un alto porcentaje de sus espermatozoides presenta defectos en su forma.
La OMS establece que un varón sufre teratozoospermia cuando el 96% de sus espermatozoides tiene una forma anormal.
Astenozoospermia
La astenozoospermia se produce cuando el varón presenta un alto porcentaje de espermatozoides que no son móviles. En concreto, se considera que un hombre padece astenozoospermia cuando menos del 40% de sus espermatozoides son móviles.
Paso a paso de una ICSI
A continuación, te vamos a contar cuáles son los pasos que seguimos en nuestras clínicas de fertilidad para realizar un un tratamiento de fecundación in vitro con ICSI:
- Estimulación ovárica: al igual que en la FIV convencional, la mujer debe administrarse una medicación hormonal para estimular sus ovarios y promover el desarrollo de múltiples folículos ováricos. Durante este período, que dura entre diez y 14 días, se realizan controles ecográficos y analíticas de sangre para monitorizar el desarrollo folicular.
- Punción folicular: cuando los folículos alcanzan el tamaño adecuado, se programa la extracción de los óvulos. Para ello, el ginecólogo introduce a través de la vagina una sonda ecográfica que incorpora una aguja de aspiración. Con todo ello, localizará los folículos ováricos para pinchar el líquido que tienen en su interior.
- Preparación de los óvulos: una vez en el laboratorio, se analiza el líquido obtenido de los folículos ováricos en busca de los óvulos. Tras un tiempo de reposo, se lleva a cabo un proceso conocido como decumulación, que consiste en retirar las células que tienen los óvulos a su alrededor.
- Obtención de los espermatozoides: normalmente, la muestra de semen del hombre se obtiene por masturbación. Sin embargo, cuando hay un problema grave de calidad espermática, como azoospermia, los espermatozoides pueden obtenerse directamente de los testículos mediante técnicas quirúrgicas.
- Preparación de los espermatozoides: este procedimiento es conocido con el nombre de capacitación espermática. Consiste en lavar y purificar el semen para retirar los espermatozoides de menor calidad, así como cualquier otra célula o sustancia tóxica que pueda dañarlos. En definitiva, la capacitación espermática sirve para mejorar la muestra seminal y seleccionar la mayor cantidad posible de espermatozoides móviles y funcionales. Tras este proceso, se escoge un único espermatozoide para fecundar el óvulo.
- Microinyección espermática: con la ayuda de un microscopio, el espermatozoide seleccionado se aspira con una aguja y se coloca en una micropipeta. A continuación, se inyecta directamente en el óvulo. Con este paso, que es el que da nombre al método ICSI, se facilita al máximo la fecundación.
- Cultivo de embriones: los embriones obtenidos mediante la fecundación se introducen en el incubador para que continúen su desarrollo durante varios días. Durante este tiempo, se monitoriza su evolución.
- Preparación del endometrio: la mujer debe administrarse una nueva medicación hormonal, concretamente progesterona, para que su endometrio esté receptivo. Esto permitirá acoger al embrión y aumentar las posibilidades de que se produzca el embarazo.
- Transferencia embrionaria: entre tres y cinco días después de la ICSI, se seleccionan los embriones que presentan una mayor calidad. De todos ellos, se escoge uno, que es el que será depositado en el útero de la mujer a través de una transferencia embrionaria. La transferencia embrionaria es un procedimiento rápido, sencillo y que no provoca dolor. Dura entre diez y quince minutos y no requiere anestesia.
- Test de embarazo: diez días después de la transferencia embrionaria, se realiza un análisis de sangre para comprobar si se ha producido la gestación.
- Ecografía: cuando la prueba de embarazo es positiva, se programan dos ecografías para monitorizar el inicio del embarazo. Tras observar que la segunda ecografía es favorable, se da de alta a la paciente.
Diferencias entre una FIV convencional y una FIV con ICSI
Las principales diferencias entre una FIV convencional y una FIV con ICSI son las siguientes:
- Indicación: generalmente, la FIV convencional está indicada en parejas con infertilidad de origen desconocido, mujeres que presentan problemas o anomalías en sus ovarios y hombres con problemas leves o moderados de calidad espermática. Sin embargo, la ICSI se recomienda sobre todo en varones con alteraciones severas en su semen.
- Método de fecundación: en una FIV convencional, los embriólogos colocan múltiples espermatozoides y un solo óvulo en una placa de cultivo, a la espera de que la fecundación ocurra de forma natural, es decir, de que un espermatozoide penetre por sí mismo en el óvulo. Por su parte, en una ICSI se inyecta el espermatozoide directamente en el óvulo.
- Complejidad de la técnica: la FIV con ICSI es un método que exige una gran precisión y habilidad por parte del embriólogo.
- Precio: debido a su menor complejidad, la FIV convencional es un procedimiento que presenta un precio más bajo. Sin embargo, la ICSI requiere una mayor especialización por parte del embriólogo y, además, conlleva más tiempo porque es necesario inyectar los espermatozoides en el óvulo individualmente. Por ello, su precio es más alto.
Para finalizar, hay que tener en cuenta que el éxito de una ICSI depende de muchos factores. Algunos de ellos están asociados a la mujer (como su edad o la calidad de sus óvulos) y otros a ambos miembros de la pareja (estilo de vida, estado de salud general…).
Por todo ello, antes de recurrir a un tratamiento de fecundación in vitro con ICSI es necesario que ambos miembros de la pareja sean correctamente valorados con un estudio de fertilidad para determinar cuál es el procedimiento más adecuado para tener descendencia. Tanto si tienes más dudas sobre la ICSI como si quieres que estudiemos tu caso, puedes solicitar una primera consulta gratuita con nuestros expertos.