Índice
En el artículo de hoy vamos a resolver las principales dudas que tienen las mujeres cuando escuchan hablar, por primera vez, de esta enfermedad: por qué se produce, cuáles son sus consecuencias y cómo se trata.
¿Qué es la salpingitis?
La salpingitis es un tipo de enfermedad inflamatoria pélvica que produce una inflamación de las trompas de Falopio.
La inflamación de las trompas de Falopio es una de las principales causas de infertilidad femenina. Por tanto, las mujeres que padecen salpingitis encuentran, por lo general, más dificultades para quedarse embarazadas. Y, por ello, son más propensas a necesitar un tratamiento de fecundación in vitro (FIV) para tener hijos.
En función del número de trompas afectadas, podemos distinguir entre salpingitis unilateral (solo hay una trompa dañada) o salpingitis bilateral (las dos trompas están alteradas).
Tipos de salpingitis
Existen dos tipos de salpingitis: aguda y crónica.
- Salpingitis aguda: la salpingitis aguda es la que cursa con síntomas muy molestos: dolor, sangrado, fiebre…
- Salpingitis crónica: la salpingitis crónica suele pasar inadvertida, ya que es asintomática. Sin embargo, sí ocasiona daños en las trompas de Falopio.
Causas de la salpingitis
Las principales causas de la salpingitis son dos: las infecciones de transmisión sexual y las infecciones provocadas por microorganismos de la flora vaginal.
1- Infecciones de transmisión sexual
Son la primera causa de salpingitis. En la mayoría de los casos, la salpingitis tiene su origen en una infección bacteriana por clamidia (Chlamydia trachomatis) o gonorrea (Neisseria gonorrhoeae). Es decir, dos enfermedades de transmisión sexual.
En estos casos, las bacterias causantes de la clamidia y la gonorrea entran al organismo a través de la vagina. Desde ahí, llegan hasta los órganos reproductores del tracto genital superior -como las trompas de Falopio-, y provocan la infección.
2- Microorganismos de la flora vaginal
La salpingitis también puede estar provocada por la entrada de bacterias a consecuencia de procedimientos médicos, que arrastran los microorganismos de la flora vaginal hasta el tracto genital superior.
Algunos ejemplos de estos procedimientos médicos pueden ser la colocación de un DIU, un parto, un aborto o una histeroscopia.
Síntomas de la salpingitis
Los síntomas de la salpingitis pueden ser muy variables. Para muchas mujeres resultan realmente molestos en determinados momentos de su rutina. En cambio, otras no manifiestan ningún signo.
En cualquier caso, los síntomas más frecuentes de la salpingitis son los siguientes:
- Dolor en la zona pélvica: es el principal signo de salpingitis. El dolor puede variar en intensidad y aparecer en determinados momentos. Por ejemplo, puede surgir de manera espontánea, durante la ovulación, en la menstruación, al orinar, durante las relaciones sexuales, etc.
- Alteraciones en el flujo vaginal
- Sangrado intermenstrual
- Náuseas y vómitos
- Fiebre (>37 grados) o febrícula (<37 grados)
¿Qué pasa si una mujer tiene salpingitis?
Las principales consecuencias negativas de la salpingitis pueden ser las siguientes:
- Dolor crónico en la zona pélvica.
- Esterilidad: la inflamación provoca una obstrucción en las trompas de Falopio. Las trompas de Falopio son el punto de encuentro entre el óvulo y el espermatozoide, además del lugar en el que se produce la fecundación. Si están obstruidas, este proceso no puede completarse.
- Embarazo ectópico: el hecho de que las trompas de Falopio estén inflamadas y obstruidas dificulta que el óvulo fecundado llegue hasta el útero. Como consecuencia, dicho óvulo corre el peligro “atascarse” en una trompa. Sin embargo, un óvulo fecundado que se implanta fuera del útero no es viable, por lo que da lugar a un embarazo ectópico y posterior aborto.
- Absceso pélvico con acumulación de pus
- Septicemia: si la infección persiste mucho tiempo, las bacterias del tracto genital superior pueden llegar a otras partes del organismo a través del riego sanguíneo, ocasionando una infección generalizada. La septicemia es potencialmente mortal, por lo que nunca se debería llegar hasta este extremo.
¿Cómo se detecta la salpingitis?
La salpingitis puede diagnosticarse a través de dos pruebas diferentes: una ecografía y un análisis microbiológico de las secreciones vaginales (exudado vaginal).
- Ecografía: la ecografía solamente sirve para detectar las formas más graves de salpingitis. Sin embargo, es una prueba de gran utilidad para descartar cualquier otro problema o enfermedad subyacente.
- Análisis microbiológico de las secreciones vaginales: el exudado vaginal sirve para detectar la presencia de los agentes patógenos que están provocando la infección.
Tratamiento de la salpingitis
Normalmente, el tratamiento con la salpingitis es farmacológico. Una vez identificados los patógenos que causan la infección (a través de un exudado vaginal) el médico prescribe a la paciente el tratamiento antibiótico más adecuado para eliminar la infección.
Adicionalmente, el profesional puede completar este tratamiento con medicación analgésica y antiinflamatoria, para reducir el dolor.
Mientras dura el tratamiento antibiótico, y hasta una semana después de haberlo terminado, la mujer debe evitar las relaciones sexuales con el fin de impedir la transmisión de la enfermedad. Asimismo, la pareja sexual de la paciente también deberá acudir al médico para que este le paute tratamiento antibiótico.
Como sucede con todas las enfermedades, el tratamiento de la salpingitis es mucho más sencillo en sus etapas iniciales. Por ello, resulta imprescindible acudir al ginecólogo ante las primeras sospechas o síntomas del problema. Asimismo, limitar las parejas sexuales y mantener sexo con preservativo son otras buenas formas de prevenir tanto la salpingitis como sus formas más graves.
Bibliografía
- Schiappacasse F, Giancarlo, Gana G, Eric, Ríos P, M. Ignacia, & Soffia S, Pablo. (2014). Infección del tracto genital superior femenino: Revisión pictográfica por tomografía computada según clasificación clínica. Revista chilena de radiología, 20(1), 31-37.
- Baquedano Mainar, Laura, Lamarca Ballestero, Marta, Puig Ferrer, Fernando, & Ruiz Conde, Miguel Angel. (2014). Enfermedad inflamatoria pélvica: un reto en el diagnóstico y tratamiento precoz. Revista chilena de obstetricia y ginecología, 79(2), 115-120.