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Ventajas y desventajas de la fecundación in vitro

Ventajas y desventajas de la fecundación in vitro
La fecundación in vitro (FIV) es uno de los tratamientos de fertilidad más habituales hoy en día. Esto se debe a las numerosas ventajas que ofrece, entre las que destacan su alta efectividad para conseguir un embarazo y la posibilidad de evitar determinadas enfermedades genéticas.

Índice

Sin embargo, al igual que cualquier otro procedimiento médico, la fecundación in vitro presenta una serie de desventajas que deben ser valoradas antes de embarcarse en el tratamiento, para ello te recomendamos visitar a un profesional cualificado en Bilbao contamos con uno de los mejores ginecólogos, el Doctor Guillermo Quea el cual colabora con varias revistas especializadas y cuenta con más 15 años en esta especialidad.

¿Qué ventajas tiene la fecundación in vitro?

Los principales beneficios de la fecundación in vitro son los siguientes:

Alta tasa de embarazo

En general, la tasa de éxito de la fecundación in vitro ronda el 60%. Esta es una cifra alta para los tratamientos de fertilidad, especialmente si se compara con las posibilidades de embarazo en la inseminación artificial (alrededor del 20-30%).

Por ello, la FIV suele ser el tratamiento de reproducción asistida más adecuado en casos de infertilidad severa o en mujeres mayores de 35 años.

Control sobre la calidad del embrión

En la fecundación in vitro, los embriones se crean en el laboratorio, a partir del óvulo de la mujer y el espermatozoide del hombre. Esto permite, en primer lugar, que se puedan utilizar técnicas para aumentar la efectividad del proceso, como la capacitación espermática.

En segundo lugar, la fecundación in vitro ofrece otra importante ventaja: los embriólogos pueden seleccionar los embriones con mayor calidad antes de transferirlos al útero, lo que incrementa las posibilidades de embarazo.

Conservación de embriones para futuros embarazos

Otra de las ventajas de la fecundación in vitro es que permite vitrificar (congelar) los embriones sobrantes para utilizarlos en futuros embarazos.

Por tanto, estos embriones pueden usarse para tener más hijos. Pero, además, cabe la posibilidad de utilizarlos cuando el primer ciclo de fecundación in vitro no consigue el embarazo.

Esto permite realizar un segundo intento de FIV sin que la mujer tenga que pasar de nuevo por determinadas fases del procedimiento (estimulación ovárica y punción folicular).

Posibilidad de evitar ciertas enfermedades genéticas

La fecundación in vitro permite recurrir a técnicas de diagnóstico genético preimplantacional. Estos estudios se realizan sobre los embriones, antes de transferirlos al útero de la mujer, y permiten detectar alteraciones genéticas que comprometan la salud del futuro bebé.

Por tanto, uno de los beneficios del diagnóstico genético preimplantacional es que aumenta considerablemente las posibilidades de tener un hijo sano. Este estudio se lleva a cabo en todos los tratamientos de fecundación in vitro. Sin embargo, es especialmente relevante cuando uno de los padres es portador de una enfermedad genética transmisible a la descendencia o en mujeres de más de 38 años.

Uso de gametos donados

Por último, la fecundación in vitro es un tratamiento que ofrece gran flexibilidad, ya que permite utilizar gametos donados (óvulos o espermatozoides) para aumentar las posibilidades de embarazo.

Esto resulta fundamental para las personas que padecen infertilidad o una enfermedad genética hereditaria. Y es que, si no fuera por la donación de óvulos o de espermatozoides, no podrían conseguir una gestación.

¿Qué desventajas tiene la fecundación in vitro?

A pesar de los numerosos beneficios que tiene la fecundación in vitro, lo cierto es que el tratamiento también presenta algunos inconvenientes. Las principales desventajas de la FIV son las siguientes:

Precio

La fecundación in vitro es un procedimiento relativamente largo y complejo. El proceso completo suele durar entre 6 o 7 semanas y consta de diferentes fases (ecografías, estimulación ovárica, punción folicular, transferencia embrionaria, prueba de embarazo…).

Por ello, también es natural que sea relativamente costoso en términos económicos. Mientras que el precio de una inseminación artificial puede situarse entre los 800 y los 1.100 euros, una fecundación in vitro suele costar a partir de 4.500 euros.

Estrés emocional

Por lo general, la fecundación in vitro es un procedimiento que conlleva un coste emocional a las personas que se someten a él. En el caso de la mujer, la medicación hormonal utilizada durante la estimulación ovárica suele dar lugar a altibajos emocionales.

A esto se le suma el estrés, los nervios o la ansiedad que pueden presentar tanto hombres como mujeres tras la transferencia embrionaria, durante la betaespera. La betaespera es el periodo de entre diez y 15 días que transcurre desde que se transfiere el embrión en el útero hasta que se realiza la prueba de embarazo.

Este malestar emocional puede aumentar considerablemente cuando el ciclo de tratamiento falla y la mujer no se queda embarazada.

Leves complicaciones durante el procedimiento

Al igual que cualquier otro procedimiento médico, la FIV no está exenta de complicaciones, aunque la inmensa mayoría de ellas sean leves.

Por ejemplo, una de las principales desventajas de la fecundación in vitro está relacionada con el síndrome de hiperestimulación ovárica. El síndrome de hiperestimulación ovárica es una respuesta adversa del organismo a la medicación hormonal, la cual puede provocar dolor o inflamación abdominal, náuseas y vómitos.

Además, pueden aparecer ligeras complicaciones tras la punción folicular, ya que a veces ocasiona algo de sangrado vaginal, molestias y pesadez abdominal.

Dicho esto, conviene destacar que los riesgos asociados a la FIV se caracterizan por ser leves e infrecuentes.

Dilemas éticos o morales

Para algunas parejas, la FIV también presenta algunos dilemas éticos o morales. El principal es el posible exceso de embriones. Y es que, un tratamiento de fecundación in vitro suele dar lugar a más embriones de los necesarios para un único embarazo. Esto, a algunas personas, les plantea el dilema de qué hacer con los embriones sobrantes.

En definitiva, podemos decir que la fecundación in vitro es un tratamiento con más ventajas que inconvenientes. A pesar de ello, es fundamental que los miembros de la pareja, con el asesoramiento de un especialista en reproducción asistida, traten cuál es el método más adecuado para conseguir su sueño de ser padres.

Ginecólogo y obstetra, especialista en reproducción asistida.

Guillermo Gauthier es ginecólogo del centro de fertilidad donde ejerce atendiendo a pacientes nacionales e internacionales. Es licenciado en Medicina y especialista en Ginecología y Obstetricia. Se especializó en Reproducción asistida realizando el Máster de Reproducción en el IVI/Universidad Rey Juan Carlos. 

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